domingo, 24 de abril de 2011

Helio dulce y caro


La valentía del amar es estallar con la punta de un cigarro humeante ese globo rojo en forma de corazón y henchido de helio, ese que compraste el pasado domingo a cien metros de su portal.
Rebeldía en el presente. El amor es una gaviota sin alas que camina por la tierra, pariente del pollo de corral, pero sin meta ni matadero.

¿Por qué no trasciendes el pensamiento lineal de lo que es el amor y dejas de amar a la imprenta? Esa máquina del saber que no cesa de hinchar globos de helio para todos nosotros.
Amarte a ti, tú, que dices que eres insignificante, es amar a la humanidad. La de hoy y la que vendrá, con el cuentakilómetros a cero, partiendo de la consciencia de que nadie sabe amar

Ni tú, ni yo, ni nadie. Asúmelo. Aprende. Respira. Imagina.

Aguza ya el oído, deja de leer sobre el amor y ama. Ama de una vez por todas. Incluso con el contenedor rebosante de basura, incluso con los pies hincados en el barro. La lluvia llegará y con ella el viento. Los globos de helio, rojos, con ellos se irán, y tras ellos esa voz de pitufo infantil e infame con la que pronunciamos “amor”, expirando el helio dulce y caro del hoy, que se mofa de un sentimiento que ha de vivirse en lo terrenal. Pronunciarlo de aire puro, con voz que diga “amor” y suene a verdad.
El amor no es un producto en serie, surgirá de ti como surgió de la célula de tus padres.  El amor no es algo planificado, el amor está en ti que no eres de plástico, sino de carne.

2 comentarios: